Oración para el día Domingo

Señor, en tus manos pongo este domingo que empieza. Orienta cada uno de mis pasos, cuida de las personas que amo, aclara nuestras dudas, llena de valor nuestro espíritu y desborda dicha, tranquilidad y prosperidad en nuestra vida.

Padre, en este nuevo domingo que Tú me regalas me acerco hasta Ti con un corazón lleno de fe y esperanza para darte gracias por cada una de las bendiciones que me diste en el transcurso de esta semana.

Qué hermoso es ser tu hijo y sentir tu maravillosa presencia. Gracias por la vida, por la salud, por mi familia, por los alimentos que hay en mi mesa y por el aire que respiro. En este día quiero servir con alegría, sembrar con bondad y esperar confiadamente.

Dios mío, de mi parte quiero ofrecerte cada una de mis palabras y de mis acciones. Por favor guíame con tu luz para poder tomar buenas decisiones, cúbreme con tu manto de amor para vivir una vida plena y dame un corazón noble, para así poder dar lo mejor de mí a cada instante y ayudar con alegría al hermano necesitado.

Padre eterno, hoy quiero poner en tus benditas manos mi vida y la vida de todas las personas que amo, por favor mira nuestros anhelos, también nuestras tristezas y te suplico que seas Tú quien oriente nuestros pasos, nuestras acciones y nuestras decisiones.

Por favor danos sabiduría para elegir correctamente, fuerza para mantenernos firmes aun en medio de las dificultades y fe para comprender que tus tiempos son perfectos y que quien a Ti recurre con amor, muy pronto encontrará respuestas a sus peticiones.

Dios mío, en este nuevo domingo estoy vivo, estoy sano y lleno de fe y esperanza. Saldré a vivir este día lleno de ilusión y esperanza porque confío en tu palabra y en cada una de tus promesas.

Por favor no me desampares ni un solo instante y permíteme llegar al final del día con la satisfacción del deber cumplido. Gracias por escuchar mi oración y porque sé que Tú cumplirás las peticiones de mi corazón.

Amén

Mensajes de Fe es un sitio donde te alentamos a que confíes en ti y no pierdas la Fe, a que dejes tu vida en las manos de Dios, pues Él te ama y guiará tus pasos por senderos de calma, prosperidad y bendición.


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